martes, 30 de mayo de 2017

Un montaje mastodóntico para Guns N’ Roses

El escenario tiene 50 metros de anchura y el equipo de montaje es de 200 personas
El concierto en San Mamés llenará los hoteles de Bilbao y dejará un impacto de siete millones



ANDRÉS PORTERO


Hasta el mismo martes, día 30, no concluirán las labores de sonido e iluminación del concierto de los reunificados Guns N’ Roses (GNR) en el estadio de San Mames Barria, en el marco de su gira Not in this life, sobre un amplio escenario de casi 50 metros de anchura. Unas 40.000 personas, la mitad procedentes del Estado español y el resto de Europa, disfrutarán de un concierto en cuya trastienda trabajan 200 personas, que requiere de una flota de un centenar de vehículos y cuyo previsible impacto económico es de siete millones de euros. Los hoteles estarán ese día al 100%.

Tres de los miembros fundadores de GNR, el cantante Axl Rose, el guitarrista Slash y el bajista Duff McKagan, han aparcado sus diferencias en esta gira y se muestran juntos sobre el escenario por vez primera desde 1993, lo que provocará que unas 40.000 personas acudan este martes próximo a San Mamés para disfrutar de sus clásicos. Unas 20.000 entradas las han comprado fuera de Euskadi: la mitad de estas en el Estado español y el resto, en otros países europeos, según explicó ayer a DEIA Asier Alea, Director General de Promoción Exterior y Turismo de la Diputación Foral de Bizkaia.

El concierto está previsto que deje en Bizkaia siete millones en impacto económico. Cifras astronómicas, tan mastodónticas como la propia infrastructura técnica que acarrea este tipo de recitales en estadios. El montaje arrancó el sábado 20 con la descarga de las planchas de protección del césped, cuyo montaje se inició el domingo y concluyó el lunes pasado. A pesar de ello, se requerirá “más de una semana de labores de montaje”, según Borja Dopico, responsable de Planificación de Last Tour.

Ayer ya se podía advertir que el terreno de juego estaba protegido, lo que facilitaba el acceso de los camiones y las grúas de gran tonelaje necesarias para el montaje del escenario. “Sin reforzar el terreno de juego, los asentamientos pueden causar problemas. Más en caso de lluvia y con los tiempos tan ajustados que tenemos”, según Lapico. El despliegue del escenario, procedente de Bélgica y que cuenta con unos 50 metros de anchura, 20 de profundidad y con una serie de columnas sobre las que pivota su techo a otros 40 metros de altura, no concluirá hasta esta noche.

“El lunes, a las seis de la mañana, ya se empezará con las labores de sonido, iluminación y audiovisuales. Es lo gordo y se acabará todo in extremis, el mismo martes, cuando se abran las puertas casi con las pruebas de sonido. Unas pruebas en las que no creo que el grupo esté presente, ya que lo tienen todo muy controlado”, según Dopico. Para lograr el mejor sonido en todos los puntos del estadio, se contará con dos delays de refuerzo, frente al escenario, para proyectar la música a las gradas más alejadas del mismo.

DOSCIENTAS PERSONAS Alrededor de 200 personas están involucradas en la preparación y montaje técnico del concierto, la mitad contratadas en Bizkaia. “Se ocupan de todo tipo de labores, del montaje del escenario, uno de los tres que están moviendo por todo el mundo, y de otras infraestructuras generales como luces, sonido o audiovisuales”, según Dopico. “Y también de la comida. El grupo trae cocineros pero aquí les suministramos los productos que han pedido”, apostilla. El portavoz de la organización niega que GNR haya solicitado “alguna petición rara”. Solo en la comida requieren “mucho picante”.

El recital de GNR, que han contratado un hotel para la noche del martes aunque la organización no confirma si sus miembros dormirán en Bizkaia, moverá un centenar de vehículos, incluido casi una decena de lujo para el traslado de los músicos. “Se ha establecido un aparcamiento en la punta de Zorrotzaurre para guardar camiones y autobuses sleepers. Desde allí, se realizará un avance ordenado y escalonado hasta el estadio para no colapsar Bilbao. Entrarán por La Misericordia, por el de Camino de la Ventosa, el habitual a San Mamés”, indica Dopico.

Asier Alea indicó a DEIA que el de GNR es “más que un concierto”, ya que proyecta una carga emocional al ser “el primero en el estadio nuevo”, y porque se encuadra en la estrategia de la Diputación de proyectar Bizkaia al exterior con “grandes eventos y conciertos en el ámbito del sector servicios”.

En opión de Alea, el concierto, junto a eventos que se realizarán próximamente como la doble final del equivalente a la UEFA y Champions League de Rugby y el The World’s 50 Best Restaurants,que son los Oscar de la Gastronomía Mundial, repercutirán directamente en la economía vizcaina; en el caso del concierto con unos siete millones de euros. “20.000 entradas se han comprado fuera de Euskadi, así que, además del gasto en sí de estas personas, el concierto nos sitúa como uno de los lugares de referencia en Europa para grandes eventos y conciertos”, concluyó el portavoz foral.

Fuente: DEIA

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