domingo, 17 de noviembre de 2013

El viejo arco en el olvido

Más de tres meses después de su desmontaje, sigue almacenado en 12 piezas
Su destino final será Lezama, pero no está clara su ubicación exacta

SERGIO R. VIÑAS

Tanto se habló del emblemático arco del viejo San Mamés en las semanas previas al derribo del centenario campo que, con la resaca de su desmontaje, su recuerdo se olvidó. Como si una vez extraído del lugar en el que estuvo posado durante seis décadas ya nada preocupara. Pero lo cierto es que desde aquel día en que la estructura de acero abandonó lo que ahora es un solar anexo al nuevo y flamante San Mamés, nada ha vuelto a saberse del arco.

La madrugada del 6 de agosto, un camión escoltado por la Ertzaintza, comenzaba el traslado de uno de los 12 pedazos en los que fue diseccionado el arco sobre lo que durante cien años fue el césped de San Mamés. El destino era Urduliz, donde iba a ser saneado tras muchos años a la intemperie y convenientemente pintado

l destino final de este símbolo, que más que del Athletic lo es de la ciudad de Bilbao, van a ser las instalaciones de Lezama, después de que San Mamés Barria SL acordara ceder la estructura de acero al Athletic para que fuera el club rojiblanco el que decidiera su ubicación definitiva. Opciones como su reutilización como puente en la futura regeneración de Zorrozaurre o su colocación en la falda del monte Artxanda fueron descartadas por diversos motivos.

Quedó claro, por tanto, que el arco -diseñado por los arquitectos Carlos de Miguel, José Antonio Domínguez y Ricardo Magdalena y el ingeniero Carlos Fernández Casado- estaría en Lezama. ¿Pero dónde? Ahí radicó el problema desde el principio. Resulta complejo encontrar un sitio adecuado a una estructura como ésta, de 115 metros de largo y 16 de alto, con un peso de unas 200 toneladas. Un tótem que riñe con los exiguos espacios que quedan en las instalaciones, aprovechadas al máximo para dar cabida al trabajo de cantera que se desarrolla en el club.

Cuando se decidió su traslado a Lezama, el club explicó que manejaba varias ubicaciones, pero que todavía no había optado por una definitivamente.

Mientras tanto, se terminaba de perfilar el llamado Plan Director de Lezama, que el vicepresidente José Ángel Corres explicó de forma somera en la última Asamblea General Ordinaria del club. Se trata de un ambicioso proyecto cifrado en 20 millones de euros que aspira a laremodelación de Lezama en los próximos diez años. Curiosamente, en los planos del proyecto mostrados en el Teatro Arriaga, no existía ningún espacio expresamente reservado para la ubicación final del arco del viejo San Mamés.

El símbolo más preciado del ya derribado campo de fútbol parece haberse convertido en un problema. El Athletic está convencido de conservarlo en un lugar de honor, pero no encuentra el espacio ideal.No es fácil hallar una ubicación para el arco, tanto por su dimensión como por lo que representa. Mientras tanto, descansa en Urduliz desmembrado en 12 partes.

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Fuente: El Mundo

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