viernes, 21 de enero de 2011

Y San Mamés se puso de pie

La afición del Athletic premió con un largo aplauso un golazo del Hércules anotado por Antón Arieta tras centro de Betzuen en 1974

TONI CABOT 


El silencio en "La Catedral" por el gol encajado apenas duró un par de segundos. Corría el minuto 20 de aquel partido que enfrentó al Athletic y al Hércules el 6 de octubre de 1974 cuando una internada de Carcelén, que ganó por velocidad a Zubiaga, fue cortada en seco por el defensor cuando el extremo se disponía a pisar el área. Betzuen, el vasco que llegara al Hércules la campaña anterior procedente del Athletic, cogió la pelota para sacar la falta en dirección a Arieta -otro vizcaíno que había dejado Bilbao un par de meses antes para fichar por los alicantinos- que de perfecto cabezazo alojaba el balón en las mallas de la portería defendida por Iríbar. La acción, protagonizada por dos ex jugadores del Athletic, criados en la cantera de Lezama, provocó una reacción inesperada en San Mamés, cuya afición, puesta en pie, comenzó a aplaudir el tanto anotado por el Hércules. "Me emocioné", confiesa Betzuen, que mantiene fresca en su memoria la imagen de las gradas de "La Catedral" tras la diana de Arieta. "En lugar del silencio prolongado que siempre se escucha tras el gol del rival comencé a escuchar aplausos. Fue un momento mágico. Treinta y siete años después lo sigo recordando y me sigue emocionando". 

Menos explícito, fiel a su carácter introvertido, se mostró Antón Arieta, quien, no obstante, también recordaba la reacción de la que fue su afición hasta que fichó por el club alicantino. "Estuve diez años en el Athletic y creo que el día que más me aplaudieron fue cuando marqué aquel gol con el Hércules", confesó el que ex delantero. 
El aplauso general a Betzuen y Arieta concluyó con pitidos dirigidos al palco, como protesta hacia los directivos por haber traspasado a ambos jugadores.

El gol de Arieta inauguró un marcador que finalizó con un empate a dos. El Athletic llegó a remontar con tantos de Lasa y Martín, pero a falta de tres minutos para la conclusión un centro de Rivera encontró el acierto de Barrios para batir de nuevo a Iríbar.

"Aquel partido fue fantástico", recuerda Betzuen, "tanto a Antón como a mí también nos sirvió para constatar que habíamos dejado huella en el Athletic".

"Daba gusto aquel Hércules", apunta Arieta, "estaba formado por gente que llegaba de buenos equipos. Y con Arsenio estuvimos muy bien".

La alineación que colocó el técnico gallego en aquel partido disputado en San Mamés, cuarta jornada del campeonato liguero, estaba formada por: Humberto, José Antonio, Giuliano, Quique, Carbonell,Rivera, Arieta, Baena, Barrios, Betzuen y Carcelén.

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