sábado, 11 de agosto de 2007

Finaliza el derribo. El adiós a un escaparate de medio siglo

La antigua Feria de Muestras Bilbao, inaugurada hace hoy 50 años, pasa a la historia tras completarse el derribo de sus emblemáticos edificios situados junto al campo de San Mamés

CARMELO LEZANA

Domingo, 11 de agosto de 1957. El ministro de Comercio, Alberto Ullastres, presidió la inauguración de la VIII Feria de Muestras de Bilbao. Fue el inicio de la exitosa singladura del que durante décadas ha sido el gran escaparate del tejido económico e industrial no sólo de Vizcaya, sino de Euskadi. En su casi me dio siglo de vida -en 2004 dejó pasó al BEC de Barakaldo- ha albergado cientos de certámenes -algunos de ellos, como Ferroforma o la Bienal de Máquina Herramienta, se han convertido en referencia mundial en sus sectores- que han sido visitados por decenas de miles de visitantes y cuya celebración ha contribuido a impulsar la economía vasca. Hoy cumpliría exactamente 50 años de vida. Pero ha dicho definitivamente adiós. Estos días acaban de concluir las obras de derribo de sus pabellones, lo que pone fin a toda una época. En el futuro, los solares que hasta ahora ocupaba el recinto ferial albergarán tres proyectos emblemáticos: el nuevo campo de fútbol de San Mamés, el campus tecnológico de la UPV y el acceso de la autopista A-8 a la capital vizcaína que sustituirá al vial de Sabino Arana. En un institutoAunque la feria, como la conocía todo el mundo en Bilbao, inició su andadura en 1957, sus orígen es se remontan a casi 25 años antes. En concreto, a 1932. Ese año, el patio del que hoy en día es el instituto de enseñanza media Miguel de Unamuno acogió la que por aquel entonces se llamó Exposición del Motor, Accesorios y Radio. En un intento de dar conocer los productos y avances de la industria vasca, aquel certamen fue todo un éxito y el inicio de otros muchos: los 50 expositores que participaron lograron atraer a 30.000 personas. Un año después, el número de empresas se duplicó y sus 'stands' recibieron 50.000 visitantes. Esa buena acogida permitió que la muestra adquiriera un mayor peso específico. Durante los dos siguientes ejercicios se celebró bajo la denominación de Exposición de Industria y Comercio.El estallido de la Guerra Civil paralizó el desarrollo de ese tipo de actos. No fue hasta 1941 cuando la V Feria de Muestras de Bilbao retomó su actividad con un certamen en el mismo instituto en la que participaron 248 compañías y 165.369 visitantes. El indudable éxito de esa iniciativa y la cada vez mayor demanda de los expositores llevó a sus impulsores -el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación vizcaína y la Cámara de Comercio- a plantearse la necesidad de disponer de un lugar de mucha mayor dimensión. Tras varios años de parón a causa de la crisis económica derivada de la II Guerra Mundial, fue localizado el lugar ideal para albergar la nueva instalación. Se trataba de la vega de San Mames, justo al lado del campo de fútbol del Athletic. Fue allí donde se inició la historia moderna de la feria.Los 60.000 metros cuadrados con que contaba aquella ubicación eran más que suficientes para convertirse en el destino definitivo. O casi definitivo. Y así fue. Los tres socios de la institución constituyeron una comunidad jurídica para desarrollar el proyecto.40 millones de pesetasCon una inversión de 40 millones de pesetas de entonces, la puesta de largo de la VIII Feria de Muestras de Bilbao se produjo en 19 57. Contaba con dos pabellones cubiertos: -uno, de 7.400 metros cuadrados, destinado a la industria pesada; y otro, de dos plantas, dedicado a la industria ligera. Todo ello, acompañado de terrenos exteriores, zonas ajardinadas y un gran estanque.Solo tres años después de su inauguración, en 1960, la feria vivió otro de sus grandes hitos: protagonizó el primer certamen monográfico que se celebraba en España y que se dedicó al sector de la máquina-herramienta. La revolucionaria idea fue 'replicada' por todas las instituciones feriales del país. Tras varias ampliaciones -la de mayor calado se produjo en 1992 con la construcción de un nuevo edificio-, llegó a contar con un calendario integrado por nada menos que 41 certámenes monográficos. Su cada vez mayor actividad y peso en la panorama mundial del sector llevó a sus propietarios -entre ellos, el Gobierno vasco- a plantearse su traslado a unas instalaciones más amplias. La solución fue la construcción de Bilbao Exhibition Centre (BEC) en Barakaldo, un macroproyecto en el que han sido invertidos 450 millones de euros y cuyos resultados no están siendo los esperados. El relevo de la actividad se produjo en 2004. El BEC celebró su primera muestra -Construlan- en abril de ese ejercicio. Dos meses antes, el Salón de Anticuario fue la última feria en celebrarse en los aledaños de San Mames. Ese año la feria cerró sus puertas. Ahora ha cerrado su historia.


Ocho meses de trabajo para completar el desmontaje

Han sido necesario ocho meses de trabajo para que los pabellones de la antigua Feria de Muestras hayan desaparecido definitivamente, dejando a la vista un gigantesco solar que albergará el nuevo San Mamés, el campus tecnológico de la UPV y los futuros accesos a Bilbao desde la autopista A-8. Desde el 28 de diciembre, las excavadoras, los martillos neumáticos, las grúa y los camiones se han empleado a fondo para despejar la zona en una delicada labor, cuyo principal reto ha sido aprovechar la mayor cantidad posible de materialesEl inicio de los trabajos de desmontaje se produjo con un acto simbólico: la retirada del letrero que rezaba 'Feria Internacional de Muestras de Bilbao'. Por seguir con los símbolos, y dado que el edificio ha sido uno de los principales iconos de Bilbao durante muchas décadas, sus propietarios han querido que su desaparición no sea total. Por ello, a modo de homenaje, han decidido mantener levantada la antigua entrada del recinto.

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