PAKO RUIZ
Éxito. Es la palabra reiterada por los diferentes estamentos e instituciones públicas que se han implicado en un histórico fin de semana en Bilbao con motivo de las finales de la Challange Cup y la Champions Cup de rugby en San Mamés, que ha reunido en sus gradas a un total de 85.000 aficionados, según los datos oficiales desvelados ayer por el Ayuntamiento de la villa bilbaina, que se ha erigido en portavoz institucional y que aplaude las “sensaciones muy positivas” que ha dejado este evento de calibre internacional y que ha superado su matiz deportivo para reforzar el rostro de la ciudad, de Bizkaia y de Euskadi en el Viejo Continente. Los parabienes también se han acentuado desde la European Professional Club Rugby (EPCR), organizadora de las dos finales y que ha destacado su satisfacción en la primera experiencia de estas dos citas lejos del circuito de las Seis Naciones.
Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, es uno de los que ayer puso más énfasis a la hora de valorar la celebración de semejantes acontecimientos del deporte del oval, que se han retransmitidos por televisión en 115 países de todo el mundo y con presencia de medios acreditados, 340 profesionales de la información, procedentes de Irlanda, Reino Unido, Francia, Italia, Argentina, Ucrania, Rusia y Turquía, entre otros, y que llenaron los pupitres de prensa acondicionados en La Catedral. Aburto fue tajante en sus declaraciones: “Desde luego estamos preparados para afrontar este 2018 y para seguir trabajando en nuevos retos de cara al futuro”.
Bilbao se ha graduado en estas dos grandes finales de rugby, sin desmerecer a la Continental Shield, que se celebró la mediodía del sábado en Fadura ante más de 20.000 aficionados. Los miles de visitantes irlandeses, galeses, franceses, ingleses, alemanes y rusos, además de los que llegaron de diferentes puntos del Estado español, han sido testigos de las bondades que ha proporcionado la capital vizcaina, pese a que los altos precios decididos por la mayoría de los establecimientos hoteleros han supuesto un lunar que se quiere corregir de cara al futuro. Bilbao se ha revalorizado y los mismos socios de San Mames Barria (Athletic, Diputación Foral de Bizkaia, BBK, Gobierno vasco y Ayuntamiento de Bilbao) retoman una idea vieja, que no es otra que presentar la candidatura a albergar en un porvenir no muy lejano una final de la Europa League de fútbol, y que ya sondearon con la Federación Española de Fútbol (RFEF) años atrás.
El asunto está sobre la mesa y los propietarios del campo son conscientes del impacto exterior que han tenido estas dos finales de rugby. El galés Simon Halliday, presidente de la EPCR, pone su granito de arena, sabedor de que sus reflexiones tendrán eco en el Reino Unido, cuna del rugby y del fútbol: “Hemos vivido un fin de semana maravilloso, siempre hemos creído en la candidatura de Bilbao, y esta gran acogida y excepcional experiencia han reafirmado nuestra apuesta”. Para para la patronal del rugby europeo dar el paso de salir del territorio Seis Naciones generaba un punto de incertidumbre, desactivado por los buenos resultados de una prueba de fuego que blinda a la capital vizcaina como sede solvente ante eventos próximos.
HACIA 2022
Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, es uno de los que ayer puso más énfasis a la hora de valorar la celebración de semejantes acontecimientos del deporte del oval, que se han retransmitidos por televisión en 115 países de todo el mundo y con presencia de medios acreditados, 340 profesionales de la información, procedentes de Irlanda, Reino Unido, Francia, Italia, Argentina, Ucrania, Rusia y Turquía, entre otros, y que llenaron los pupitres de prensa acondicionados en La Catedral. Aburto fue tajante en sus declaraciones: “Desde luego estamos preparados para afrontar este 2018 y para seguir trabajando en nuevos retos de cara al futuro”.
Bilbao se ha graduado en estas dos grandes finales de rugby, sin desmerecer a la Continental Shield, que se celebró la mediodía del sábado en Fadura ante más de 20.000 aficionados. Los miles de visitantes irlandeses, galeses, franceses, ingleses, alemanes y rusos, además de los que llegaron de diferentes puntos del Estado español, han sido testigos de las bondades que ha proporcionado la capital vizcaina, pese a que los altos precios decididos por la mayoría de los establecimientos hoteleros han supuesto un lunar que se quiere corregir de cara al futuro. Bilbao se ha revalorizado y los mismos socios de San Mames Barria (Athletic, Diputación Foral de Bizkaia, BBK, Gobierno vasco y Ayuntamiento de Bilbao) retoman una idea vieja, que no es otra que presentar la candidatura a albergar en un porvenir no muy lejano una final de la Europa League de fútbol, y que ya sondearon con la Federación Española de Fútbol (RFEF) años atrás.
El asunto está sobre la mesa y los propietarios del campo son conscientes del impacto exterior que han tenido estas dos finales de rugby. El galés Simon Halliday, presidente de la EPCR, pone su granito de arena, sabedor de que sus reflexiones tendrán eco en el Reino Unido, cuna del rugby y del fútbol: “Hemos vivido un fin de semana maravilloso, siempre hemos creído en la candidatura de Bilbao, y esta gran acogida y excepcional experiencia han reafirmado nuestra apuesta”. Para para la patronal del rugby europeo dar el paso de salir del territorio Seis Naciones generaba un punto de incertidumbre, desactivado por los buenos resultados de una prueba de fuego que blinda a la capital vizcaina como sede solvente ante eventos próximos.
HACIA 2022
El Athletic y las instituciones comparten que la ciudad ha pasado con muy buena nota el examen de las dos finales de rugby, el primer acontecimiento deportivo que acoge La Catedral al margen de los que ha protagonizado el conjunto rojiblanco, con la final de la Supercopa de 2015 y la eliminatoria previa de la Champions un año antes, como referentes. En el horizonte asoma la Eurocopa de 2020, de la cual Bilbao será una de las sedes. El reto se recibe como muy exigente y a la vez determinante. Serán cuatro los encuentros de selecciones que se disputen en San Mamés, tres dentro de la fase de grupos y el restante correspondiente a una eliminatoria de octavos de final, lo que generará un impacto económico en Bizkaia que alcanzará cifras de récord y que obligará a un despliegue poderoso tanto en seguridad como en infraestructuras.
Bilbao quiere más y en su punto de mira emerge organizar una final de la Europa League. San Mamés y la ciudad cumplen los requisitos que requiere la UEFA y solo queda formular, gestionar y convencer a la Federación Española de Fútbol, que es la que tiene que presentar sus candidaturas al organismo europeo. El Comité Ejecutivo de la UEFA decidirá el próximo 24 en Kiev la sede de la final de 2020 de esta competición, que se celebraría en el Arena Gdansk (43.615 espectadores) o en el Do Dragado de Oporto (50.000), dos campos con menor capacidad que La Catedral. La idea es pujar por esa final a partir de 2022, sin descartarse que pudiera acortarse los plazos. Son buenos tiempos para Bilbao, que el fin de semana ejecutó, en el argot del rugby, un “ensayo ganador”.
Bilbao quiere más y en su punto de mira emerge organizar una final de la Europa League. San Mamés y la ciudad cumplen los requisitos que requiere la UEFA y solo queda formular, gestionar y convencer a la Federación Española de Fútbol, que es la que tiene que presentar sus candidaturas al organismo europeo. El Comité Ejecutivo de la UEFA decidirá el próximo 24 en Kiev la sede de la final de 2020 de esta competición, que se celebraría en el Arena Gdansk (43.615 espectadores) o en el Do Dragado de Oporto (50.000), dos campos con menor capacidad que La Catedral. La idea es pujar por esa final a partir de 2022, sin descartarse que pudiera acortarse los plazos. Son buenos tiempos para Bilbao, que el fin de semana ejecutó, en el argot del rugby, un “ensayo ganador”.
Fuente: DEIA
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