JOSÉ L. ARTETXE
La directiva de Josu Urrutia dispone ya de un informe sobre la incidencia de la lluvia en las gradas de San Mamés y las posibles soluciones a abordar, que ha sido elaborado por la firma que dirigió la obra. Se encuentra a la espera de conocer un segundo informe que solicitó a una empresa ajena a la construcción del campo. Una vez reúna y contraste toda la información que ha solicitado, su intención es abordar la iniciativa más ajustada tanto desde la perspectiva económica como de plazos y viabilidad a fin de paliar el problema que afecta a un número de localidades que, de momento, a falta de una comunicación oficial, resulta difícil de precisar. Si la directiva recibe el segundo dossier antes de la celebración de la asamblea ordinaria fijada para este martes, trasladaría a los compromisarios las conclusiones a las que ha llegado tras el contraste de los datos y las alternativas de ambos estudios. En caso contrario, este paso se daría en cuanto tuviese en su poder todo el material preciso, siendo el objetivo poner en marcha los arreglos pertinentes con la mayor celeridad, algo que muy probablemente y en base a razones técnicas remite a la conclusión de la presente temporada.
El Athletic pretende zanjar en la medida de lo posible los efectos de la insuficiencia que presenta el estadio y planteará al resto de los miembros de San Mames Barria su voluntad de acometer los trabajos propuestos por los especialistas consultados. Cabe que se encuentre con la reticencia de alguno o del resto de sus interlocutores a costear una obra que se intuye cara, pero la directiva entiende que tiene la obligación de resolver un asunto cuyo origen es anterior a su mandato, pues se remontaría a la fecha de aprobación del proyecto y cierre del presupuesto de construcción del nuevo San Mamés. A la directiva de Urrutia le tocó velar por el cumplimiento de los plazos de levantamiento del recinto, así como organizar la despedida y el derribo del viejo campo. Durante un año, el equipo tuvo que jugar sus partidos en un campo inacabado y el 27 de agosto de 2014, ante el Nápoles, San Mamés pudo estrenar su aforo al completo.
Desde que se suscitó la incómoda y sorprendente situación derivada de que en función de las condiciones climatológicas existe un porcentaje de socios que se moja, el club anunció que ponía en marcha un proceso de recogida de datos que permitiese concretar la incidencia de la lluvia y analizar medidas paliativas, que estaría ahora en su última fase. Fue la reacción inicial de los actuales dirigentes ante un fenómeno que ha generado un malestar creciente y que obedece tanto a la ubicación y orientación consensuadas para el estadio como a los recortes introducidos en el presupuesto final, todo ello en 2009, pues en su momento hasta se barajó la opción de colocar un techo retráctil que cubriese totalmente la instalación, para evitar los inconvenientes de mal tiempo los días de partido y garantizar de paso la acogida de eventos extradeportivos.
NÚMERO DE AFECTADOS Se han barajado diferentes cifras de socios que soportan el agua, algunas procedentes de distintas plataformas creadas para trasladar su malestar a Ibaigane a través de recogidas de firmas, cartas y comunicados. Sin embargo, a día de hoy este punto constituye una incógnita que supuestamente se despejará este martes, al igual que no han trascendido las iniciativas que servirían para resolver o minimizar un problema que es una realidad constatable desde que hace catorce meses San Mamés acogiese el primer encuentro con sus gradas terminadas. Circula el dato de que son 10.000 las localidades afectadas, mientras que al parecer se han reunido dos mil firmas de queja.
Más allá de esta cuestión, lo cierto es que no parece de recibo que un campo de tan reciente construcción provoque semejante conflicto. A la directiva de Urrutia se le achaca que cuando abordó la distribución de las localidades afirmase a los interesados que ocuparían las primeras filas que estarían a salvo de la lluvia, cuando en realidad lo que se transmitió fue que la visera alcanzaba hasta la primera fila. En cualquier caso, la errónea planificación técnica requiere una iniciativa correctora que la directiva se ha comprometido a promover y que inevitablemente va a gravar sensiblemente las arcas de la entidad. No obstante, será bienvenida si logra dotar a San Mamés de un confort que por el momento no ofrece.
Fuente: DEIA
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