lunes, 14 de mayo de 2012

El Athletic maneja la opción de que el nuevo campo puje como sede de una final europea

Los socios de San Mames Barria gestionan datos para posibilitar la candidatura de Bilbao desde 2017


El Athletic y todo su entorno continúan inmersos en el frenesí que supuso la jueves el billete a la final de la Liga Europa, la segunda en la historia de la entidad. El conjunto rojiblanco, que 35 años atrás se tuvo que conformar con el subcampeonato de la extinta Copa de la UEFA al no poder superar a la Juventus a doble partido, buscará su primer título continental ante el Atlético de Madrid el próximo 9 de mayo en el Estadio Nacional de Bucarest, del que la Junta Directiva presidida por Josu Urrutia ya tiene información de primera mano, merced a la presencia de una delegación del club bilbaino en la capital rumana.

La extensa y brillante trayectoria del Athletic en esta Europa League ha favorecido que el club recabe información interna de cara a sondear a corto plazo la presentación de la candidatura del nuevo San Mamés como sede de la final de una de las dos competiciones europeas. El Athletic y sus socios en San Mames Barria -BBK, Diputación Foral de Bizkaia, Gobierno vasco y Ayuntamiento de Bilbao- detectan la necesidad de dar pasos cualitativos una vez esté operativo el futuro estadio y uno de ellos radica en acoger una final europea, que aportaría pingües beneficios que, además, redundarían en diferentes sectores de la sociedad vizcaina.



El nuevo San Mamés, cuyas obras discurren en la dirección prevista como se ilustra en la imagen superior, tiene previsto abrir sus puertas a la largo de la temporada 2013-14, aunque lo hará en esta primera instancia con tres cuartos de su aforo -estimado en unos 55.000 espectadores-, mientras que rendirá a pleno funcionamiento una campaña después.

El Athletic, además, conoce que la UEFA, un ente estricto y muy detallista en todos los ámbitos, tiene informes positivos de la entidad y de su afición, ejemplar en su compartimiento en estadios de la reputación, enorme, de Old Trafford, el Veltins Arena, feudo del Schalke 04, y el José Alvalade de Lisboa, síntomas que jugarían a favor de una posible candidatura de Bilbao, a la que también le ayuda su reconocida transformación urbanística y su repunte en infraestructuras, a primer nivel europeo.

La hipotética presentación de esta se encuentra en un proceso aún muy verde. No obstante, el continuo contacto con la UEFA a lo largo de esta temporada y que continuará en la próxima, una vez que el conjunto rojiblanco tiene asegurada como mínimo de nuevo su plaza en la Europa League, se entiende en Ibaigane como una plusvalía. Así, la experiencia de la final de Bucarest servirá también para acentuar la información en torno a la organización y logística que entraña un evento de semejantes características, reto que no asusta a las diferentes instituciones del Territorio Histórico de Bizkaia.

IMPACTO ECONÓMICO El Athletic, incluso, maneja sus tiempos y podría plantear a sus socios en San Mames Barria emprender la burocracia para solicitar la sede de una final de Champions o de Europa League a partir de 2017, cuando el futuro campo ya habría pasado la prueba del algodón con dos años de funcionamiento, algo similar a lo que ocurre con el Juventus Stadium, la nueva casa de lavecchia signora, inaugurada el pasado mes de septiembre. El estadio turinés, un complejo de nueva generación, acogerá la final de la Europa League en 2014 pese a que solo cuenta con un aforo de 41.000 espectadores, sensiblemente inferior al del futuro San Mamés, que supondrá una inversión de 140 millones de euros.

Precisamente, los socios de San Mames Barria defendieron el fuerte desembolso, la gran mayoría con dinero público, en el impacto económico que causará el futuro estadio, según el detallado estudio que se elaboró en junio de 2009 en este sentido y al que dio el visto bueno todas las instituciones, entre ellas el Gobierno vasco, reticente en un inicio, especialmente en la persona del lehendakari Patxi López.

Ese informe contempla que la disputa de una final europea aportaría un impacto directo de unos 15 millones de euros de beneficio, que se irían hasta los 58 millones debido al efecto multiplicador de su impacto indirecto, con mayor incidencia en el sector hostelero y comercial.
Fuente: DEIA

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